27.11.06

La hija del tabernero (2da parte)

Entre los muchos libros que echan raíces adentro de la añosa biblioteca que posee la taberna, hay uno donde figura una definición simple y contundente acerca de la palabra odio y reza así: antipatía y aversión hacia algo o alguien cuyo mal se desea. A los ojos de alguien que busca no odiar, los deseantes de lo perverso aparecen como bestias que gruñen y babean una melaza globosa y espesa de insultos e injurias a través de un hocico, que aunque pintado o afeitado, no deja de tener gruesos colmillos sedientos de infortunio ajeno. Realmente produce pena escuchar las execrantes palabras que surgen de los labios cual metálico látigo, destrozan hasta convertir su argento brillo en escarlata sudor.

Un rato después de que nuestra anfitriona sirviera la mesa, y gracias a las habilidades (léase esa asombrosa capacidad para atizar la vergüenza y hacer el ridículo…) de algunos de los muchachos con los cuales compartía una cerveza, ella se sentó con nosotros a degustar su helada coca cola (porque cuando trabaja no toma alcohol…) Realmente era dueña de una voz melodiosa que armonizaba con unos suaves labios, los cuales se movían con la gracia de una tela remontando la brisa bajo el sol de primavera. Nada en ella, en todo el tiempo que compartimos, dejo entrever algún odio y si lo hubo, estoy seguro que esas palabras murieron antes de recorrer sus cuerdas vocales. Mientras mas la escuchaba, mas sentía que frente a mi se desplegaba el espíritu de algo que a pesar de su apariencia humana, se elevaba del resto del mundo sin conciencia de ello, quedando el resto de los mortales en un mundo helado y sin luz.

Creo que este es la segunda columna: la bondad del corazón, la cual no es la ausencia de odio, sino el poder ahogar al mismo en perdones sinceros y una capacidad de amar a prueba de egoísmos. No creo que nada de lo que he escrito carezca de sentido común por lo cual deduzco que es cierto a menos que me demuestren lo contrario.

El post con menos ganas del mundo…… ronda la apatía con sus larguiruchas y cancinas patas….