8.11.06

La cocina del tabernero y el sitial del trovador

Retomo la idea de recorrer la taberna. Un lugar que sin dudas es amado por todos, es aquel de donde surge la satisfacción para el estomago. Oh!! bienamada cocina de la taberna!! Que dulces manjares cobijas, que sutiles aromas riegas en el atestado comedor!!. A quien no le gusta la sensación de una panza llena, luego de haber ingerido en forma sustanciosa preciados alimentos elaborados por amor al paladar. Esto me recuerda el increíble día del amigo de este año. Dios mió, que cerdo!!! (literalmente). Todo empujado al interior por sudorosas botellas de cerveza que generosas regalaban su contenido tanto al ahogado como al mesurado.

Como en todo hogar que se precie de tal, infaltable es (muy Yoda) la presencia de la parrilla, ese adminículo de cocina poseedor de un extraño efecto gravitacional sobre el cuerpo humano: todos los comensales tienden a acercarse en forma directamente proporcional a la cantidad de hambre que tengan y el tiempo transcurrido desde que la carne cae al hierro hirviente.

El otro espacio al que quiero referirme es aquel donde, si la situación es propicia, algún eventual músico desarrolla su arte entre los presentes. Las historias de traseros pertenecientes a virtuosos músicos que atesora la humilde banqueta de madera oscura y gastado almohadón.

Lo mejor del repertorio de increíbles solistas y bandas, desplegados con respeto y admiración por precisos dedos y poderosas gargantas. Puedo contar con los dedos de una mano a mis amigos que tienen el privilegio de ocupar tan selecta banqueta. Como siempre, lo bueno viene en envase chico (salvo el finado chancho del que ya hable).

Así es, cada vez le tomo más cariño a mi taberna.
Van dos espacios mas
y queda camino por andar :)